lunes, 6 de agosto de 2012

Lost in Translation

Hoy, en la sección "Anécdotas Roleras de Ayer y Hoy"... ¡D&D 3.0!

Rothenebelgor, el semiogro, empujó la pesada losa del altar de un semidiós olvidado, dentro de las catacumbas sagradas de los cultores sectarios que lo adoraban. Con un sonido atronador, la losa cayó al suelo entre una nube de polvo. Farellian la maga, observaba no sin cierta aprehensión el altar abierto preguntándose si no le habría parecido oír un agudo aullido al caer la tapa mientras calmaba con unas palmaditas en el lomo a Sigfrido, su pequeño diablillo familiar. Gornuth, el enano, observaba con cierta incredulidad el altar; habría esperado algo mucho más importante que un puñado de telarañas, oro quizá, joyas puede, al menos un objeto mágico de nivel +1 o superior. El mediano ladrón, cuyo nombre se pierde en la inmensidad del tiempo, sencillamente observaba la escena con gran interés desde detrás de su piedra. Fritz, el arquero drow de inclinaciones afables y cantarinas, observaba junto a Roth, apoyado en su arco.

- ¿No se, no crees master que nos merecemos algo más?
- A mi no me mires, yo sólo soy el que dirige la partida.
- ¿Qué hay dentro, oh master?
- Roth, miras dentro... es lo que entiendo. ¿verdad? (el dado rueda). Creo que se te impone un tiro de salvación de voluntad, muchachote.
- Oh vaya, ¡recorcholis! Bueno, no os preocupéis, tengo una bonificación de +0, no puede pasarme nada (el dado vuelve a rodar y sale lo que nos esperabamos todos).
- (Susurro, susurro, susurro en la oreja de Roth).

El semiogro introdujo la cabeza en el altar y aspiró hondo al ver que, a excepción de una araña no había nada mas, o eso creía él. Al incorporarse se llevó la mano a la cabeza, aturdido, mientras se sacudía ésta miro al grupo.

- ¿Qué te ocurre Roth? - dijo Farellian.
- Nah, no se... estoy como confuso - Dijo despreocupadamente.
- ¡Jajaja! Con Fuso dice, ¿y quién es Fuso? - añadió Gornuth, jovialmente.
- ¿Qué no me oís? ¡Estoy C-O-N-F-U-S-O!
- ¡Jajaja, para ya hombre!

Un segundo más tarde un tajo vertical de un gigantesco mandoble caía sobre Fritz, partiéndolo casi en dos. Sangre por todas partes, entrañas convertidas en extrañas. Un asco.

- ¡Oh dios mio, está confusooooo, confusoooo! - gritaron todos menos Rothenebelgor, el semiogro bueno.

Las galaxias están compuestas por una infinidad de estrellas que giran en torno a su centro. Estas galaxias giran en torno a otras galaxias y éstas, a su vez, lo hacen alrededor de otras. Esas estrellas tienen (o no) pequeñas rocas girando a su alrededor. Estas pequeñas rocas son, en ocasiones, el hogar de vida inteligente (o no) y en aún más contadas ocasiones, de civilizaciones avanzadas (o no). La historia de una civilización está escrita y desarrollada a partir de buenas o malas ideas, algunas más acertadas que otras. Una de estas civilizaciones podría ser la de los medianos. Esta raza, de afable comportamiento y agudos sesos pero de rechoncha complexión tiene sus buenas y malas ideas; sus ancianos han establecido unas pautas de comportamiento, un conocimiento de base para establecer una mínima supervivencia de su especie. Es de necesario cumplimiento para sus miembros, si estos quieren sobrevivir. Es de obligado conocimiento, si se quiere llegar a la edad adulta. Si nuestro mediano ladrón se hubiera molestado en leer sus reglas habría encontrado, perdida entre el montón más grande de ideas absurdas, exactamente entre "No es de caballeros hurgarse entre los dedos de los pies en la mesa, con más gente, mientras comes chocolate" y "Si vas a pedir una jarra de cerveza, que sean dos que yo también tengo sed":

Norma 654 (bis): "No te subas a la espalda de un puto semiogro armado con un mandoble tamaño XXXL y que es capaz de distinguir a amigos de enemigos"

Con un golpe certero e indoloro (bueno quizá sólo durante un momento), la cabeza del mediano salió despedida del cuerpo, en trayectoria parabólica. El mandoble de Roth silbaba al cortar el aire y el grupo de héroes, oh héroes nuestros, salió despavorido en direcciones opuestas. Gritos en la oscuridad. Respiración agitada. Sudor, temblores, ansiedad, maldiciones, juramentos. Aullidos victoriosos del semiogro...

(3 horas antes...)

- Master, eres un limitador, no me dejas hacerme el personaje que me gusta. No veo que hay de malo en hacerme un semiogro, con estadísticas de semiogro (total, sólo sumo +4 a su Fuerza, pero tengo otros penalizadores muy gordos), con un mandoble tamaño semiogro (son solo 3d6 de daño), bla, bla, bla...
- Calla, calla, a mi no me ha dejado que lleve la puerta que sale en la foto de mi personaje, para poder poner pose de maga maligna a mis enemigos; master, ¿te he enseñado ya mi puerta, y mis murcielagos? Mira mira, esta soy yo...
- Pues yo quiero hacerme un explorador elfo oscuro, bueno, que hay precedentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario