viernes, 29 de junio de 2012

El Sentido de la Vida (parte I)

¿Y por qué 66 vacas y media? ¿Por qué no 66; o 67? ¿Y por qué vacas y no otra especie de animal?


Bueno, principalmente todo viene dado de cuando yo era un jovial muchacho estudiante en mi primer año de instituto. Corrían los años de la transición y... eh, no, no fue hace tanto. La cosa es que yo era feliz como una perdiz. Jugando con mi SNES "tuneá" y echando mis partiditas con mi amigo a Hero Quest.


A eso que Hero Quest y Cruzada Estelar tuvieron la culpa de todo. Demasiada imaginación y demasiadas pocas miniaturas, así que decidimos este amigo y yo que podíamos buscarnos algunas más, en alguna parte, donde fuera; expansiones o miniaturas sueltas. Ser friki en aquellos tiempos era difícil y más aún cuando esos juegos sólo eran vistos por los demás como juguetes.


Pero dio la casualidad de que encontramos una tienda en mi ciudad y, lo que era más interesante, miniaturas de todos los colores, sabores y gustos. No pude dejar de fijarme en que había gente que jugaba con esas miniaturas en la tienda, a algo que parecía lo que yo jugaba pero diferente, a otro nivel. Mi colega compró las miniaturas y se marchó pero yo me quedé y pregunté y me explicaron y me interesó y me dejaron probar y me gustó y...


Bueno, en fin, que del Hero Quest pasé al Warhammer 40k y de ahí al rol. Porque sí, en esa tienda había también rol; y heavy metal. Y una buena tarde alguien me invitó a una partida de Rolemaster y me hice un personaje. Nunca pensé que para jugar a algo hubiera que doctorarse en matemáticas aplicadas a la Tierra Media. Me pasé 4 horas haciendo un personaje: Elfo Noldor explorador (sí señores, eso es Imaginación, así con la "I" bien grande) y rellenando cuadraditos. Oh, pero claro, me olvidé de lo más importante...


¿Qué es un juego de rol?


Dioses, la de veces que habré tenido que explicar esto a mis amigos/familiares/conocidos. Esta entrada no podía faltar en los manuales de la época (esto era tan marginal, que había que explicarlo una y otra vez):


Un juego de rol es un juego interpretativo-narrativo en el que los jugadores asumen el papel de personajes imaginarios a lo largo de una historia o trama en la que interpretan sus diálogos y describen sus acciones con la ayuda de un director de juego (en adelante Master o el-puto-amo-del-juego). No hay un guion a seguir, ya que el desarrollo de la historia queda por completo sujeto a las decisiones de los jugadores.


Bueno, cuando tienes la edad con la que empecé la descripción era más bien esta:


- Tu te sientas con otros colegas a una mesa con tu personaje, un lápiz, una goma, unos dados y un tío detrás de un trozo de cartón, que se sabe las reglas te va explicando lo que va pasando y tu le dices lo que haces.


A lo que tu interlocutor no podía más que responder:


- Pues vaya mierda.


Y sí, se te quedaba cara de "bueno, pues nada, otro al que convenzo". Y ahí solía quedar la cosa, hasta que un par de años más tarde, cuando explicaba lo que era un juego de rol, la conversación tomaba otra dirección:


- ¡Ah, tu eres de esos que mata gente!
+ ¡Qué no!, que eso no es verdad...
- ¿No matáis gente?
+ No...
- Pues vaya mierda.


Pero vuelvo a la pregunta que nos trae aquí: ¿Por qué 66 vacas y media? Todo tiene una buena explicación... de verdad... luego lo cuento.

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